En el voleibol hay cientos de alicientes para hacerlo un deporte de mucho espectáculo: remates, monster blocks, defensas imposibles, filigranas, pipes, saques... Para que todo esto ocurra hay mucho trabajo detrás y los equipos cuartofinalistas de Superliga masculina tienen en su staff a muchos tapados que trabajan en la sombra pero que son imprescindibles en sus clubs.
Facundo Leal: la calma de Guaguas
Guaguas no quiso sorpresas en el primer partido de la serie ante su vecino San Roque y despachó el partido con bastante tranquilidad y con Noelia y Mariola cómo siempre, seguras impartiendo justicia.
Sin la participación de Unai Lagrañaga, Sergio Camarero tiró de Jorge Almansa en la posición de líbero y a pesar de no gozar de la mejor recepción de año, al equipo le bastó con su contundencia en ataque para ir cogiendo ventaja set a set. En el municipal del Batán se vio la enésima master class de Io de Amo manejando el partido a su antojo y dando de comer a todos sus atacantes.
El partido de Guaguas fue fiel a Facundo Leal: serio, profesional y sin estridencias. Porque si Sergio Camarero es el carácter y el alma del equipo, su segundo pone ese punto de calma tan necesario en el deporte. El argentino tiene una experiencia descomunal en los staff técnicos y convertido ya en uno más de la isla, su aportación es esencial para el temporadón que se está marcando Guaguas.
San Roque salió a cancha muy mermado por la baja de última hora de Bruno Santos y a pesar de no tener nada que perder, en ningún momento puso en aprietos a su rival. Loeches apenas pudo jugar con sus centrales y Ulrik Dahl no estuvo fino en la tarde del sábado.
Uno de los culpables de la gran temporada de los canarios es sin duda Adrián González, que lleva picando piedra en el club muchos años cómo jugador y en el cuerpo técnico. Un exponente de esos líberos que pasan a técnico para aportar sabiduría en senior y en categorías inferiores, gente necesaria en este deporte.
La familia Ruíz
Unicaja Almería solventó su difícil visita al pabellón de Benicalap con un contundente 0-3. Charly Carreño sabía de la dificultad de esta pista en la que cayeron en la liga regular y el equipo sacó su mejor voley para no volver a verse sorprendido.
Los dos primeros sets fueron bastante igualados hasta el ecuador de los mismos, pero en ese momento apareció Neaves en ataque y saque y un imperial Borja Ruiz. En el segundo set Valencia apretó hasta el 17-18 y el murciano internacional se encargó de apagar el fuego con 3 remates consecutivos para sentenciar el 2-0.
Mientras todo esto ocurría, Pablo, el mayor de los Ruíz, sentado impasible, veía de reojo el partido. Con sus gafas, su barba y su chicle, no cambió el rictus en ningún momento salvo para protestar un remate fuera de Neaves. Él y su hermano Alberto (siempre en el fondo del pabellón) son gente humilde y trabajadora que debería existir por cien años en Superliga.
El que lleva muchos años en el voley es Fernando Mirasol, que ha vivido en su piel el sacrificio de trabajar desde abajo para por fin asistir al crecimiento del voley en Valencia. Trabajador incansable, es de facto el sheriff del club.
El gran Dreyer optó el sábado por Danger en el opuesto y Allen en el centro en lugar del bigote de la liga. A pesar de los esfuerzos de remontada en los dos primeros sets, el no poder sumar ninguno de ellos fue una losa pesada que hizo que el equipo bajara los brazos en el tercero. Leleman ni mucho menos dará la eliminatoria perdida, ya todo el mundo le tiene la matrícula cogida y sabe que el nivel de la plantilla es para ganar a cualquiera si rompen a jugar.
Oscar Serna, el escudero
Sufrió mucho Río Duero para sumar el primer punto de su eliminatoria ante Cisneros. No en vano el partido fue muy similar al que perdieron en liga regular, pero en este caso la moneda cayó de su lado y deja la eliminatoria franca para sentenciar en donde nadie ha ganado este año.
La puesta en escena de Cisneros en los dos primeros sets fue antológica, y es que cuando Lucas Amorín entra en su trance atropella a cualquiera. Además Duque ( felizmente recuperado tras su lesión en Copa) y Macarro ganaron la partida claramente por el centro y Soria se vio en todo momento 4-5 puntos por detrás en ambos sets. Tras ganar el primer set, los canarios tuvieron en el segundo un 18-14 y un 24-22 para poner el 2-0 que habría sido mortal para Grupo Herce.
Con 1-0 y 16-12 abajo, Alberto Toribio resolvió meter en pista a Ulisi por Olalla viendo los problemas de recepción del equipo. Habría que preguntarse si fue idea de Alberto o quizá de Óscar Serna, otro líbero reconvertido en técnico que es fiel ayudante del vallisoletano. Muy metido en la dinámica del club desde niño y con muy buenos conceptos técnicos, Serna es otro de los muchos laburadores de este deporte que sin hacer ruido son básicos en su equipo.
Sea cómo fuese, ese cambio táctico fue el punto de inflexión del partido. Soria remó para llevarse ese segundo set y a partir de ahí salió el equipo que todos conocemos. En un abrir y cerrar de ojos Soria volvió a defender, a tocar balones en bloqueo, a trabajar los apoyos... todo en lo que Alberto Toribio es un maestro y óscar Serna un gran discípulo.
Los locales muy apesadumbrados por no poner el 2-0, empezaron a tener errores muy groseros en ataque con Amorín quizá un poco cansado y Roberts ya no encontró a sus centrales. La temporada pasada, Guidolin se sacó de la manga a Lucas Lapejrusk para su cuerpo técnico y la consecución fue el ascenso a Superliga y la gran trayectoria de este año. Lucas, otro currela en la sombra que hay que admirar.
El cuarto set se lo metió Soria en la alforja sin mucho ruido, con la recepción ajustada, la aparición en el partido del flaco Flores y con Cunha firme en los puntos calientes. Roberts se olvidó otra vez de sus centrales y el equipo volvió a cometer errores en ataque que decidieron el partido para que Río Duero pudiera llevarse la victoria en el pabellón del Colegio Cisneros.
Sánchez Cordero, el voleibol en sus venas
La eliminatoria entre el cuarto y el quinto de la liga regular olía a muchos sets, igualdad y partidos largos y se confirmó en el arranque de la serie en el Javier Imbroda.
Los dos primeros sets fueron cómodos para Melilla, que utilizó a Rubén López recién fichado y con un Riganti jugando mucho con Fede Martina que está terminando cómo un tiro la temporada. Todo ello sustentado con un nivel altísimo de recepción de los tres jugadores de esta línea del equipo melillense. Los centrales de Teruel estuvieron más desaparecidos que de costumbre y a pesar de los cambios que intentó Torcello el equipo no pudo competir esos dos sets.
Con 2-0 y 15-14 Thiago Valone se lesionó el brazo en un saque. El brasileño estaba cuajando un enorme partido con el nivel de recepción y ataque que se esperaba de él durante tanto tiempo. Aquí apere la figura de otro de los colaboradores en la sombra de un equipo de voleibol, los fisioterapeutas. Cómo es de recibo en este deporte además del equipo médico melillense emergió la figura de Miguel Blanco para echar una mano a sus colegas. ¿Cuántas horas de trabajo se mete Miguel y el resto de fisios de Superliga? trabajadores imprescindibles y en la sombra.
La lesión de Vanole no sentó bien a Melilla y el partido se igualó. Axel Téllez empezó a imponerse por el centro e incluso su saque de puerta grande o enfermería puso en dificultades a su rival. Del 20-19 se pasó al 20-23 con 4 puntos seguidos de Zelayeta pero los aragoneses no pudieron cerrar el set hasta el 28-30 tras un ataque muy plano de Martina que se fue al limbo.
En el cuarto set entró Miguel Ángel Martínez en el partido llevando mucho peso de ataque con su zurda y la aparición de Isaac Valiño sujetó mucho la recepción de Teruel. Los aragoneses nuevamente no pudieron cerrar el set con 21-24, pero en los puntos extras los de Sallim Abdelkader se volvieron a quedar en la orilla.
Melilla había desperdiciado un 2-0 y había que encarar mentalmente el tie break. Y esto ya es terreno de Jorge Luis Sánchez Cordero. Más allá de la táctica o la calidad de juego los de la ciudad autónoma tienen al as de espadas del cubano que tiene muchas batallas en su cuerpo y es quien mantiene la mentalidad en el vestuario. Con 25 años en Melilla, Cordero es más que un segundo de Salim pasando a ser una institución del voley español y es querido y admirado en todos los pabellones.
El el set definitivo Teruel se puso con un prometedor 8-11 merced a los buenos minutos de Víctor Méndez, pero se volvieron a hacer un lío en el momento crucial y Melilla le dio la vuelta hasta el 12-11. En un partido eterno, el que tuvo la determinación de cerrarlo fue el MVP Giustiniano llevando el peso de los últimos puntos y terminando con un ataque de zurda suavecito a la línea.
MÁGENES CEDIDAS POR LOS CLUBS Y ORGANIZACIÓN,
TOMADAS DE LA WEB DE LA RFEVB,
MUCHAS GRACIAS.
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